cosecha 2015

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viernes, 26 de febrero de 2016

El nitrato de calcio en la agricultura

Nos encontramos con uno de los abonos universales. Un fertilizante que está presente en la mayoría de cabezales de riego y se utiliza masivamente. De hecho, contando con que en muchas partes de España tenemos suelos calizos, aún continúa utilizándose en grandes cantidades. Las plantas demandan calcio pero, ¿tanto? Vamos a verlo.

Cuando hablamos de nitrato de calcio o nitrato de cal (también se conoce así), estamos mencionando un abono inorgánico cuya fórmula es Ca(NO3)2. 
Dentro de esta sal sólo vamos a encontrar calcio, nitrógeno y oxígeno. Los 2 primeros componentes mencionados, las plantas (salvo el nitrógeno con las leguminosas), no pueden obtenerlo por sí mismos, por lo que necesitan de aportes especiales.

El problema de la movilidad del calcio

 

Este tema es bastante recurrente en Agromática y volvemos a comentarlo. Hay que tener en cuenta que tanto NH4+ (amonio) como este calcio se absorben por flujo de masas (con el agua). Por eso, es importante que para facilitar la absorción de este último por las raíces de la planta, las condiciones hídricas del suelo sean buena y, además, no haya mucha presencia de amonio.
De aquí que siempre se diga que los problemas de peseta son originados por una carencia de calcio. Sin embargo, esta frase no está bien dicha del todo. No hay una falta concreta de calcio en el suelo, si no que simplemente la planta no lo puede asimilar. ¿Por qué?

Condiciones climáticas adversas

  • Exceso de humedad ambiental
  • Defecto de humedad ambiental
  • Una gran cantidad de luz que aumenta el crecimiento de la planta y diluye el volumen de calcio en savia.
  • Temperaturas altas con una variación en la humedad.

Condiciones de abonado

  • Suelos con gran cantidad de amonio (NH4+).
  • Gran acumulación de sales y potencial osmótico alto en el suelo (conductividad alta).
  • Antagonismos con otros elementos (magnesio, amonio, otros cationes, etc.).
Es por eso que el nitrato de calcio aportado ha de ir ligado con unas condiciones climáticas que nosotros apenas podemos controlar, y a unas condiciones prácticas que nosotros sí que tenemos acción directa sobre ellas, como las condiciones de abonado.
La causa de la peseta también está ligada con la baja tasa de transpiración de los frutos. Baja tasa de transpiración hace que el calcio no se movilice a los frutos en los momentos de mayor necesidad (cuaje y desarrollo inicial). Por ese motivo, aparece la podredumbre apical en la base del fruto, donde más le cuesta llegar al calcio.



¿Cuál es la composición y riqueza del nitrato de calcio?

En la mayoría de sacos que nos vamos a encontrar el nitrato de cal vamos a encontrar lo siguiente:
  • Nitrógeno total (N): 15,5%
  • Calcio (CaO): 26%
Estos valores pueden variar en decimales. Normalmente el nitrógeno siempre lo vamos a encontrar entre 14,4 y 14,5%, y el calcio entre el 26 y el 27%.
Si nos metemos en temas de meq/L, muy común en cultivos de invernadero donde se trabaja con conductividad, se ha de contar que cada meq de calcio que se aporta, también se incluye 1 meq de nitrógeno.
En términos de mmoles/L, cada 1 mmol de calcio que se aporta, se añaden 2 mmoles de calcio. Esto es muy importante a la hora de establecer planes de abonado, ya que hay que controlar los aportes de nitrógeno. Muy a menudo son excesivos y repercute tanto en la planta como en nuestro bolsillo.

¿Qué es eso de mmol?

Es una forma de saber qué y cuánto abonamos. Es algo distinto a las unidades fertilizantes y tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Con este primer sistema de trabajo, sabes cuánta cantidad de agua añades. Al menos, es un parámetro conocido.
Con las unidades fertilizantes es un valor desconocido. Imagina que hay que añadir 10 UF d nitrógeno. ¿En cuanta agua? Es algo que desconocemos y cuyo dato tenemos que aportar nosotros.
Si transformamos los mmoles de nitrato de calcio a un sistema de valores conocido, por ejemplo, los gramos de abono por metro cúbico de agua, entonces tenemos que hacer el siguiente cálculo:
1 mmol/L de nitrato cálcico · 182 mg/mmol = 182 g/m3 de agua.



Hablando de fertirrigación de nuestros cultivos

Imagina que una planta hortícola de nuestro huerto, como un pimiento o un tomate, necesita, por ejemplo, 10 meq/L calcio. La forma más común de aportar esta calcio es, indudablemente, con el nitrato de calcio.
Imagina que vas a regar con 1.000 litros de agua tus tomates, ¿Cúántos kg de este fertilizante añado?
10 meq/L de calcio son 5 mmoles/L, ya que se tiene en cuenta su valencia.
Volvemos a la fórmula de antes:
5 mmoles/L de nitrato cálcico · 182 mg/mmol= 910 gramos/m3 de agua. Es decir, casi 0,9 kg para esos 1.000 L de agua. Con esto se da más que abastecida de calcio la planta. Y eso sin contar el calcio que tiene el agua de riego…

¿Cuáles son las dosis normales de nitrato de calcio?

No hay que generalizar, porque cada cultivo demanda unas necesidades diferentes. El calcio es un nutriente que se utiliza en exceso ya que muchas veces no se tiene en cuenta las grandes cantidades que aporta el agua, simplemente porque no se hace un análisis de agua.
Un agua muy puro, entendiendo pura con que tiene una conductividad bastante baja (por debajo de 1), puede llegar a tener entre 1 y 2 meq/L de calcio. Si para una hectárea en cada riego se puede aportar 40.000 litros de agua, podemos estar añadiendo a nuestro suelo entre 1 y 2,5 kg/ha de calcio puro.
Esto, en términos de nitrato de calcio, serían en torno a 3,70 y 9,25 kg/ha.
Para un pimiento en intensivo, con un gasto de 4.000 m3 de agua por campaña, estaríamos hablando de 1.000 kg de nitrato cálcico, con un precio de 400 €.
Por eso, el aporte de calcio es variable y se debe hacer teniendo en cuenta esto. Un análisis de agua vale muchísimo menos que estos 400€ que estamos contando.
Dosis normales para un cultivo medio están entre 300 y 800 kg/ha, según recomendaciones de las casas de fertilizantes.

¡Ojo! No mezclar nitrato de calcio con…

Como ya dijimos en su día sobre la incompatibilidad entre fertilizantes, el nitrato de calcio es un fertilizante muy follonero.
Puede ser mezclado con la mayoría de soluciones para abono, a excepción de todas aquellas que contenga sulfatos (sulfato amónico, sulfato de magnesio, sulfato potásico, etc.) y fósforo (ácido fosfórico, fosfato monopotásico, fosfato monoamónico, etc.).

Articulo original de http://www.agromatica.es/ , el original lo puedes leer aqui

jueves, 25 de febrero de 2016

Optimiza el invernadero con la automatización [Parte 1/2]

La agricultura como sistema de producción es quizá uno de los que tecnológicamente más ha evolucionado, de tal suerte, que en la actualidad poco o nada tiene que ver con la forma de cultivar plantas en sus inicios. Una de las técnicas más representativas de este cambio es la protección del cultivo mediante invernaderos, y el avance logrado en especies hortícolas, lo que comúnmente es llamada horticultura protegida.

El sector invernaderos es capaz de sintonizar los avances tecnológicos y hablar con toda propiedad de informática y agricultura. Esta dualidad ha traído beneficios sustantivos en el sector agrícola,  y su desarrollo además de la producción de cultivos, también surge terminología para su descripción: Agrónica, y Agromática, Tecnologías aplicada a la empresa agrícola.

El tratamiento de la información está siendo clave en la transformación del sector agrícola, tanto a nivel teórico como tecnológico. La agricultura, como la mayoría de los sectores, dependen de la disponibilidad y procesamiento oportuna de datos e información, por lo que no puede permanecer al margen del actual proceso general de informatización.

La concepción de un sistema de producción no puede sostenerse si no tiene la visión de  una empresa agropecuaria; representa un tipo definido de sistema socio-económico, lo que hace sumamente complicado, debido a las interacciones difíciles de controlar, sistemas bilógicos, interdependencia de factores, mercado, mano de obra, etc.

El uso de herramientas para el monitoreo de variables en el invernadero, no es un tema nuevo, pero si la necesidad del manejo de la enorme cantidad de información que se genera, lo que ha generado el uso de aplicaciones propias para la gestión y manejo del invernadero, que se identifica como Agrónica.


La Agrónica, es la disciplina que utiliza los avances informáticas con una aplicación especifica al sistema de producción en agricultura protegida (Figura 1), concebida como empresas agropecuarias, las cuales definen también necesidades específicas de procesamiento de información por parte de los productores y profesionales agropecuarios.

La Agrónica considera a los subsistemas biológicos mediante los modelos de simulación del crecimiento y desarrollo de cultivos. Estos modelos de simulación representan matemáticamente el comportamiento productivo de los sistemas biológicos, cuantificando las variables de suelo, clima, vegetales y la interacción ente ellos, lo que idealmente permite un mejor manejo.

En consecuencia la modelación de un proceso permite calcular cuál será el resultado de un cultivo, y así es posible evaluar el impacto de distintas alternativas de manejo bajo una diversidad de condiciones climáticas, proyectando los posibles rendimientos y los costos asociados.

El invernadero surge para lograr cosechas en regiones donde ambientalmente no era posible;  actualmente esto ya no es condición suficiente, ya que esta tecnología se ha extendido a todas las regiones, de hecho los retos actuales están en el manejo del clima tropical, con altas radiaciones y humedad, condiciones opuestas a las que dieron origen al invernadero.

Los rendimientos en la horticultura protegida  de hoy, se logra mediante la intervención del hombre a través de la tecnología que altera, dentro de los límites posibles, los desempeños de plantas en correspondencia con los intereses humanos.

Desarrollo del Biosistema Invernadero y Agrónica


La Agrónica hace posible el manejo de bases de datos diversos (suelos, meteorología, vegetación natural, topografía, agua, etc.), pero además los prepara en un formato capaces de ser incorporados a los aspectos de la empresa e integrarlos a la región agropecuaria representarlos gráficamente mediante mapas generados por sistemas de información geográfica.

La inversión para fortalecer una agricultura protegida en México como actividad económica  ha logrado su real expansión, especialmente en los últimos 10 años. En 2005 México tenía 2700 has dedicada a cultivos en invernadero, a pesar de que no existen datos concretos, en la actualidad se estiman cerca de 30 000 has. Con tomate y pimiento cubriendo el 90% de la superficie cultivada y un pobre conocimiento respecto del manejo del ambiente del invernadero, la calidad y rendimientos de las cosechas pueden aun ser mejoradas.

El clima es el factor más importante dentro del invernadero. El manejo del clima en un invernadero inicia con el diseño del mismo, la orientación, longitud  y tipo de material pueden ser determinantes en los costos de producción. La combinación del clima, con el diseño de la estructura define el tipo de sistema auxiliar para el manejo del clima (refrigeración y calefacción), en caso que este se requiere. Los métodos numéricos validados experimentalmente, han mostrado la complejidad en el manejo debido a los procesos físicos como convección, condensación, etc. y biológicos, como la fotosíntesis y respiración,  y su interrelación entre sí y con el exterior como se muestra en la Figura 2.



Articulo original de la Pagina Hortalizas.com para ver el original aqui